HISTORIA DE XIOMARA Y NACIMIENTO DE MILKANS
Milkans nace de la unión de mis dos pasiones. Mejorar el bienestar de las personas y el de los animales.
Descendiente de familia ganadera, tuve la gran suerte de crecer en un mundo inter-especie, rodeada de los beneficios que los animales nos aportan a los humanos.
Desde muy pequeña, mi mayor ilusión era salir del colegio y poder ir al terreno familiar, donde se encontraban los animales. Pasaba horas y horas con ellos, lo que me permitió conocer sus comportamientos tanto intraespecie como interespecie. Conectando, especialmente, con cada uno de los perros que allí se encontraban.

A los 16 años, pasé por una época difícil a nivel personal y justo, en ese momento, apareció Kira en mi vida, una Pitbull de 3 meses que había contraído parvovirus y todo indicaba que le quedaba muy poco tiempo de vida.
A pesar de que mi familia no la quería por su raza, conseguí llevarla conmigo y salvar su vida. Sin embargo, la salvación fue mutua. Siempre he definido a mi preciosa Kira como mi ángel de la guarda. Ella se convirtió en mi motivación diaria, quien me hacía levantarme de la cama, salir a la calle y sentirme útil y necesaria.

Desde ese momento, comencé a pensar que los perros eran sanadores, que esto no podía haberme pasado sólo a mí, que la relación que establecíamos humanos y perros conllevaba unos beneficios increíbles. Entonces, no sabía que existiera ninguna formación con respecto a esta temática y me sentía una niña a la que nadie escucharía, así que dirigí mis estudios hacia mi otra pasión, buscar el bienestar de las personas.
Empecé mis estudios en Trabajo Social y, una vez terminé el grado, me sentí en un abismo, no quería opositar y sentía que, aunque mi profesión me encantaba, me faltaba algo, me faltaban los animales. Fue entonces cuando empecé a buscar formaciones que pudieran unir mi profesión con ellos y encontré el único máster oficial en España de Intervenciones Asistidas con Animales, impartidos por la UJA y la UNIA. En ese momento, sentí que algo en mí se iluminaba, que ese era el camino con el que siempre había soñado, así que me lancé a ello.
Ese postgrado ha sido la mejor formación que he realizado en toda mi vida. Allí conocí a muchos profesionales que llevaban años dedicándose a hacer lo que llevaba soñando toda mi vida: «ser el canal para que a través del vínculo humano-animal, muchas personas y animales mejorasen su calidad de vida».
Durante mi estancia en Jaén, también tuve la oportunidad de realizar las prácticas de una formación de Auxiliar Técnica Veterinaria que había aprovechado para realizar durante la pandemia. Las prácticas las desarrollé en la Clínica Veterinaria Toledano, junto con unas grandísimas profesionales a quienes les estaré eternamente agradecida por todo lo que aprendí a su lado y quienes siempre tendrán un hueco en mi vida y en mi corazón.
A día de hoy, siento que en tierras jienenses encontré una familia entre los docentes, compañeros y grandes profesionales del mundo animal que siempre llevaré conmigo, pues Jaén será el lugar donde me descubrí a mí misma, donde por fin encontré a esas personas que entendían mi idioma.
Una vez finalizados los estudios presenciales me desplacé a Barcelona, donde realicé las prácticas del postgrado. Fue una experiencia increíble, tuve la suerte de trabajar de la mano de profesionales de las Intervenciones Asistidas con Perros maravillosas. Sin embargo, sentía que ese no era mi sitio. Mi sitio se encontraba en Cuenca, en mi ciudad natal.
Durante este tiempo, mi compañera de vida y trabajo había sido Rasta, border collie, mi sobrina canina.
Kira continuaba siendo nuestra compañera de vida, pero por diferentes motivos, no disfrutaba de las Intervenciones, por lo que no participaría en las mimas, aunque sí era una gran comunicadora canina, que ha ayudado a muchos otros perros durante sesiones de educación canina.
Rasta sí disfrutaba muchísimo de las intervenciones, pero necesitábamos incorporar a un nuevo miembro canino en la familia.
Así, llegó Milka, otra border collie, que se convirtió en la ilusión de nuestras vidas. Desafortunadamente, Milka nos dejó muy pronto por un trágico accidente, lo que supuso un duelo a nivel personal y a nivel empresarial, pues ella era la clave, el motor y de un día para otro, se fue para siempre. En ese momento, me invadieron el dolor y las dudas. No tenía nada claro si seguir con todo esto o si había sido una señal para que cambiara mi camino.
Gracias al grandísimo apoyo que recibí de familiares y amigos, decidí seguir adelante, por mí, por Rasta, por ella y por todas las personas y perros que dejarían de beneficiarse de nuestros servicios si no seguíamos con este proyecto.
De esta manera, llegó Mani, hermano de Milka, convirtiéndose en el nuevo miembro de la familia y futuro miembro de Milkans, siempre que mostrara entusiasmo para intervenir, pues de no ser así, habría seguido siendo miembro de nuestra familia y quien sabe si hoy habríamos continuado con este proyecto.

Aunque Milka nos hubiera tenido que dejar tan pronto, tenía claro que ella seguiría este camino con nosotros, por lo que el día que el proyecto empresarial saliera a la luz, seguiría llevando el nombre de nuestra pequeña.
Y así es como nació MILKANS.
Con sus idas y venidas, sus momentos mejores y peores, pero con la unión y la fuerza de una pasión compartida.